Tertulia sobre infraestructuras ferroviarias en Toledo

La tarde del miércoles 30 de octubre, el centro cultural “San Clemente” acogió una de las tradicionales tertulias del Ateneo Científico y Literario de Toledo, que trató sobre el tema, tan de actualidad, de “Infraestructuras ferroviarias de Toledo”. Tuvo como contertulios invitados a D. Héctor Borreguero, ingeniero mecánico y anterior presidente de la Asociación de Usuarios Tren de la provincia de Toledo (AUTT), a D. Javier Esquinas, urbanista, y a D. Julio Comendador, doctor ingeniero de caminos, y fue moderada por D. Antonio Casado, doctor en Humanidades.

Tras expresar el pésame de la organización y distintas entidades (Ateneo, Asociación de Usuarios del Tren, Plataforma en Defensa de la Estación de Toledo, Asociación de Amigos del Ferrocarril de Toledo) por las víctimas que está habiendo por la gota fría, se comenzó con una introducción histórica, recordándose que antaño (el ferrocarril llegó en 1858), nunca se quiso que Toledo fuese estación terminal, como finalmente acabó pasando. Se debatió sobre la relación entre el ferrocarril y las ciudades, una imbricación que en la actualidad sigue siendo positiva, por la mejora de las comunicaciones, la riqueza que aporta y la aportación al usuario de nuevos servicios del siglo XXI. Se comentó cómo los errores del pasado se siguen perpetuando en la actualidad: Si hace 170 años vimos que la sociedad demandaba mejoras del entonces incipiente ferrocarril (eliminar los retrasos, poner un servicio de ómnibus desde el centro de la ciudad a la plaza de la estación, protección de las vías con marquesinas para evitar a los viajeros las inclemencias climatológicas…) hoy vemos como se siguen produciendo continuos retrasos, los autobuses no entran a la plaza, una de las vías sigue careciendo de marquesina y no se han puesto desde los barrios los solicitados buses-lanzadera que en su día se solicitaron al Ayuntamiento y que se esperaban para cuando se aprobase la reordenación de líneas de la empresa concesionaria, lo que finalmente no ha sucedido.

Las estaciones en el centro de las ciudades ¿estorban? Si se hacen las cosas bien, no debería, y la opinión mayoritaria es que deben estar cuanto más céntricas mejor, habiendo quedado claro que las estaciones periféricas solo perjudican a los usuarios.

Se realizó un repaso a las infraestructuras ferroviarias en general, abordando la situación particular de Toledo capital, que se resume en una palabra: aislamiento. Parece que lo único que interesa a parte de los viajeros es estar comunicados con Madrid y sin embargo no se percatan de que hay muchas otras posibilidades.

Si bien desde 1851 ya se pensaba en Toledo como inicio de la vía a Extremadura y Portugal pasando y parando por Torrijos, Talavera, Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz, 173 años después vemos como esa solución no llega. Originariamente por falta de recursos y, en la actualidad, por impedimentos políticos de toda índole.

Toledo estuvo conectado con la vía a Extremadura a través de Bargas durante 9 años, de 1938 a 1947, hasta que el servicio se interrumpió cuando una riada se llevó un puente que nunca fue reconstruido. Cuando en 1992 se inauguró la primera línea de AV a La Mancha y Andalucía, Toledo también quedó fuera. En 2005 se inauguró el actual ramal de AV Madrid-Toledo que podría estar perfectamente conectado con la línea a Ciudad Real, Puertollano y Andalucía a través de un “by pass”, previsto pero que lleva pendiente desde hace dos decenios. También se recuerda que hubo un proyecto de tranvía (otra infraestructura ferroviaria) para comunicar el barrio de Benquerencia, el más populoso de la ciudad, con el centro, que preveía 25.000 usuarios diarios y que hubiese venido más que bien para quitar los habituales embotellamientos de trafico rodado. Sin embargo, tampoco se realizó.

Ser explica la diferencia entre estación terminal (o en fondo de saco), y estación pasante. Esta última es por la que las líneas pasan y continúan. Lo que se pretende para la nueva línea de alta velocidad a Talavera, Extremadura y Portugal, ya que ahora es de fondo de saco, el tren llega a Toledo pero no continúa. Cambiar a pasante es la forma de romper el aislamiento ferroviario de la ciudad. En 2003 se suprimió la línea convencional y dos años después se inauguró la de Alta Velocidad Toledo-Madrid.

Pero las previsiones de futuro pueden ser mucho más halagüeñas: AVANT Toledo-Madrid-Cuenca-Albacete (ya operativo aunque sólo con un servicio diario), AVANT Talavera-Toledo-Madrid, AVANT Toledo-Ciudad Real-Puertollano (cuando se haga el bypass de comunicación en La Sagra), líneas de largo recorrido desde Toledo no sólo a Portugal, sino también a Levante (Valencia y/o Alicante) y a Andalucía… Técnicamente es posible. Tenemos nuevas e ilusionantes oportunidades que se pueden realizar a través de nuevos servicios. El aislamiento puede romperse.

En lo relativo al actual debate sobre la segunda estación periférica que solicitó el Ayuntamiento de Toledo hace cuatro años (petición a la que más adelante se sumó la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha), el parecer unánime de la mesa es que tal estación es absolutamente innecesaria, supondría un coste injustificado al erario y perjudicaría enormemente a los viajeros dado que al tiempo de viaje habría que sumar al menos media hora para llegar a la misma desde el centro de la ciudad. Esta claro que si se tarda en llegar de Toledo a Madrid el doble de los treinta minutos actuales, muchos usuarios irán por carretera. Y los que sigan usando el tren tendrán el problema añadido de que puede que hayan dejado su vehículo en una estación a la ida, y el tren de vuelta les traiga a la otra, teniendo que tomar un taxi u otro medio de transporte para regresar.

Se aclara que quien dice que la segunda estación será para los AVE y que los AVANT quedarán en la actual no sabe lo que dice o, directamente, miente. Porque todos los AVANT que continúen hacia Talavera o vengan de allí lo harán, evidentemente, por la línea a Extremadura. Si dicha línea se desvía hacia una estación periférica, los AVANT Madrid-Toledo-Talavera irán por ella y únicamente quedarán en la estación actual los que regresen a Madrid desde Toledo sin continuar más allá. Esto será el primer paso para cerrarla, como ya pasó en otras ciudades como Cuenca. Se recuerda que Toledo es una ciudad de menos de ochenta mil habitantes y que la administración se puede permitir mantener dos estaciones de alta velocidad en Madrid, pero que Toledo no es Madrid ¿Sería rentable? Está claro que no.

Y, si no se hace una segunda estación ¿Cómo se resolvería el paso de la nueva línea por la estación actual? Un análisis de las propuestas de ampliación de la línea de alta velocidad hacia Talavera, Extremadura y Portugal propuestas en 2020 por el Ministerio de Transportes con análisis de aquella que parece tomar fuerza en ámbitos técnicos, ha dado pie a analizar la integración de la actual estación de Toledo como estación pasante de dicha línea. Se comenta que dicha propuesta sobre la que se presentaron alegaciones hace cuatro años ha sido, al parecer, atendida por los técnicos del ministerio: Ya no habrá un nuevo edificio de acero y cristal, que perjudique el entorno BIC del edificio histórico.

El paso de la vía por el barrio de Valparaíso será alejado medio kilómetro para evitar posibles molestias sonoras, que además serán atenuadas con elementos antiacústicos. En lo que se refiere al previsto nuevo puente sobre el Tajo para el ferrocarril, se ha bajado su cota para que quede a la misma altura que el actual y vecino puente de Azarquiel para el tráfico rodado. Parece que queda claro el estricto cumplimiento de la normativa paisajística, arqueológica y ambiental, desmintiéndose aventuradas afirmaciones como que “el tren va a pasar a las faldas de la catedral”.

El moderador recordó que el pasado 4 de octubre durante el reciente Debate sobre el Estado del Municipio, el Pleno del Ayuntamiento de Toledo aprobó por mayoría absoluta (24 concejales de 25), “que se inste al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible a que realice las obras necesarias para adecentar la estación de tren, integre la estación actual en los planes y proyectos del trazado de la futura línea Madrid-Lisboa, así como que se restablezcan los horarios y frecuencias de la línea Madrid-Toledo vigentes hasta el mes de marzo de 2020”. Esta importante noticia, apenas comentada por los medios de comunicación, supone que el actual gobierno municipal se retracta públicamente de la propuesta de segunda estación y opta por el proyecto de estación única, más sensato, económico, sostenible y sin perjuicios para la ciudadanía.

Una buena noticia ya que hasta ahora el Ayuntamiento de Toledo era el gran ausente en el debate social y político surgido en torno a la propuesta de segunda estación que realizó el anterior gobierno municipal. Además, el Ayuntamiento se beneficiaría del reacondicionamiento del degradado entorno del complejo deportivo Salto del Caballo con motivo de las obras de trazado de la nueva línea.

Parece estar claro que la sociedad civil no desea una segunda estación y desconfía en que si se hiciese, se mantenga en uso la actual. Sin embargo, la Junta de Comunidades está luchando todavía contra viento y marea para que se haga esa segunda estación, cuyos motivos reales y beneficios se desconocen.

Por ultimo se debatió sobre otros temas: la posible recuperación de la línea convencional, que podría llegar desde el norte por Villaluenga y Yuncler (línea C-5), o bien desde Aranjuez (línea C-3) y Algodor si se recuperase el pequeño tramo de 10 Km. desmantelado en 2003, que además se aprovecharía para otros servicios aparte del de viajeros. ¿Podría haber de nuevo un servicio Regional Express, como antaño lo hubo, ampliando las actuales líneas convencionales de Cercanías y recuperando el tren de mercancías? No debería descartarse.

Se agradeció al Ateneo su implicación. Como destacó D. Javier Esquinas, actualmente, al menos, tenemos debates públicos sobre este asunto, los cuales no se produjeron antaño, cuando a punto estuvo Toledo de quedar fuera de las líneas de alta velocidad. Está claro que Toledo no quiere volver a perder el tren pero, si lo pierde, quedará clara la responsabilidad de quienes estuvieron a un lado y al otro.